Nadie es dueño de su felicidad, por eso no entregues tu alegria, tu paz tu vida en las manos de nadie, absolutamente de nadie. Somos libres, no pertenecemos a nadie y no podemos querer ser dueños de los deseos, de la voluntad, o de los sueños de quien quiera que sea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario